Que nadie pegunte el por qué de mi muerte,
porque ya son años que hablan por sí solos.
Que nadie se atreva a hablar de cobardía
porque no hay valentía en vivir sufriendo.
Error. Eso es masoquismo.
Sin sentido quedarían las notas,
mas cobrarían vida las palabras,
las del antes, dichas y escritas.
Que se sepa que intenté vivir por los demás,
que dejo muerte con mi muerte
y arrebato vida sin desearlo.
No hay salida. La puerta se abre
y sin dudar paso el umbral.
De todos los callejones oscuros y sin salida
ha quedado un cuerpo sin alma,
una muerte en vida.
No temo al después,
no sé si lo hay.
Más temo a este eterno presente
que ha sido tortura y no me ha dejado en paz.
Conste que dejo la vida sin miedo,
y con gracia se la daría a quien la deseara.
Reclamo mi derecho a morir
porque ya viví y sufrí.