2 de abril de 2008

Edith Piaf: "La Möme" en el cine

Ahora que desapareció el nudo en mi garganta y la angustia, puedo escribir sobre este film.
El film trata sobre la vida de la famosa cantante Edith Piaf , interpretada magistralmente por Marion Cotillard, pasando por su desdichada niñez, turbulenta adolescencia y atormentada adultez. La niña de ojos azul intenso y sonrisa clara, débil de salud, es obligada desde su infancia a vivir en diferentes antros nada agradables, pasar de mano en mano, desde su madre, de quien heredó su voz potente y el carisma para cantar, a su padre, un alcohólico que aprovechó el talento de la niña para sobrevivir.


Las escenas de paleta, principalmente en tonos grises, son un manifiesto de lo que la vida le deparó a Edith. Descubierta por un gran productor de obras musicales, pudo avanzar un paso más en la vida, cuando sólo era una adolescente. Como ella misma lo dice, canta como habla, y habla en el lunfardo de los bajos fondos de Francia.

A golpes de vida logra corregir lo que no cabe en una audiencia a la que canta cada noche, logrando espectáculos regidos solamente por su voz: una voz que transmite absolutamente y con una fuerza inigualable lo que canta. No obstante, sus raíces están en los suburbios, junto a una amiga con la que se consideran hermanas, bebiendo desde adolescentes y alguna otra cosa más que luego se haría dañina para su salud.



Lo interesante del film es cómo vamos siendo testigos de los maltratos de la vida hacia Edith, y de sus propios maltratos; de su luz y de sus peores sombras. Una mujer que luego de convertirse en estrella, no dejó de ser "la möme", la de siempre, la escandalosa y divertida, rodeada de gente.
Así vivió, así murió. La historia de su vida no se nos cuenta en forma lineal, sino entrecortada por sus destacables actuaciones musicales.
La tristeza que puede provocar su vida en el espectador, los momentos de emoción, se mezclan con el sabor agridulce de sus canciones: la imponente dulzura de su voz, la amargura de algunas letras que ella misma escogió."La vie en rose", como se tradujo el título en algunos países, es la canción que más brilla en la película; se nos pone la piel de gallina.
El film es progresivamente más intenso, más fuerte y amargo; su deterioro físico y su intransigencia de cantar aún casi doblada por el reuma, parece pensado para que se acaben los kleenex y te quedes lagrimeando y lagrimeando. Es excelente el modo en que trazan el final, sus últimos suspiros de vida, su retrospectiva mental, su conciencia que despierta...
Y la última canción que presenta antes de su muerte: 'No, je ne regrette rien'। हाय कुए एस्कुचार्ला!




No, nada de nada

No, no me arrepiento de nada

Ni el bien que me han hecho, ni el mal

Todo eso me da lo mismo

No, nada de nada

No, no me arrepiento de nada

Está pagado, barrido, olvidado

Me da lo mismo el pasado
Con mis recuerdos

Yo prendí el fuego

Mis tristezas, mis placeres

Ya no tengo necesidad de ellos

Barridos mis amorescon sus trémolos

barridos para siempre

Vuelvo a partir de cero

No, nada de nada

No, no me arrepiento de nada

Ni el bien que me han hecho, ni el mal

Todo eso me da lo mismo

No, nada de nada

No, no me arrepiento de nada

Pues mi vida

mis alegrías

hoycomienzan contigo…