7 de mayo de 2008

CON EL CORAZÓN ROTO...



Hoy he decidido que la lluvia me empape, que me abrigue el viento, que me envuelva el frío, porque todo eso es más cálido que tus besos tardíos.

No hay razones para jugar con el alma de alguien, pues en ese engaño no hay ganador. Te quedas tú, solo buscando a quién lastimar, y sin una gota de néctar amoroso.

No busques más... ya haz destruido lo que tocaste con tus dedos de hielo. No espero que una tormenta me lave el dolor, pero si me transportara a un mundo donde no existieras me haría un favor.

Es que me haz dejado sin sentimientos,; la soledad resulta mejor compañía y la autocompasión se congeló en algún momento de tantas lágrimas. Me sequé, ya no hay más suspiros ni lamentos, sólo agua que cae dejándome calada hasta los huesos, y se siente bien.

Qué pobre ha de ser un corazón como el tuyo, que barrió con todo lo que una vez sembró con mentiras.
Has de saber que cambiaste mi vida; quién dijo que después de la tormenta siempre llega la calma?
La calma.... suena tan bien que ya no creo que exista. Sí la indiferencia, el desamor, el vacío. Soy una sombra en busca de su espíritu.

Y tú? Qué eres ahora? Un recuerdo amargo que se desvanece en el tiempo, una mancha en la pureza de tantos corazones como hayas herido.
No vale la pena una lágrima por ti, ni siquiera un deseo de que te suceda lo peor. Creo que el que te haga mal competirá con Dios, se creerá omnipotente, porque ya estás siendo juzgado.

Para mí, eres otra sombra, pero nunca encontrarás tu espíritu... se te perdió en algún lugar de todo el camino del mal recorrido. Tú sí tienes el infierno ganado.
Yo ya no sé si soy alma que ha ganado el cielo u otra mancha en el Infierno.

Ha dejado de llover. Me he quedado sin vida. Soy la sombra que busca un cuerpo para morir de una vez por todas.